Cuando escribo sobre temáticas técnicas me siento relativamente cómodo, pues aunque pongo en la tarea lo mejor de mí, los errores y los desaciertos son parte de la cosa, son inevitables, y ellos no invalidan mi trabajo… En efecto, yo mismo puedo descubrir más tarde esos errores y desaciertos, y acto seguido puedo señalarlos y convenientemente subsanarlos… O bien los colegas pueden cumplir esta tarea en mi lugar… Por otra parte, siempre puede haber cosas a mejorar, conceptos a presentar en forma más adecuada, o incluso ideas muy buenas que en algún momento sean ampliamente superadas por otras nuevas…
Sin embargo cuando escribo sobre asuntos estratégicos y/o políticos ya no me siento ni muy seguro ni muy cómodo, porque los posibles resultados son mucho más difíciles de establecer y de delimitar, y porque el éxito o el fracaso está mucho más ligado a cuestiones fortuitas y de oportunidad… Hay que tener realmente mucha suerte para estar en el momento adecuado y en el lugar adecuado…
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