sábado, 1 de noviembre de 2008

La toma de decisiones en el plano económico

Las disponibilidades dinerarias presentes de una persona o de un grupo familiar, y las estimaciones de corto plazo de sus posibles ingresos dinerarios y de sus posibles egresos dinerarios, ciertamente condicionan ellas el comportamiento de esa persona o de ese particular grupo familiar, en relación a la satisfacción de sus respectivas y propias necesidades básicas, en relación a sus respectivos y posibles proyectos de inversión y de ahorro, en relación a sus respectivas y eventuales propensiones consumistas, en relación al cumplimiento parcial o total de sus obligaciones más inmediatas, en relación a las propias y respectivas ayudas sociales o institucionales que cada cual eventualmente estuviera dispuesto a acordar, etcétera, etcétera, etcétera…

Las decisiones financieras son diariamente y constantemente tomadas por las personas según usos y costumbres… y según los casos con mayor o menor grado de acierto… y según los casos teniendo actitudes muy prudentes y meditadas, o por el contrario adoptando resoluciones por impulso y con cierta irracionalidad… y según los casos con información adecuada o por el contrario con información inadecuada o faltante…

En el día a día y con horizonte de corto plazo, las personas toman sus decisiones financieras implícitamente o explícitamente basándose en un determinado plan financiero, el cual van corrigiendo diariamente a efectos de adecuar el mismo a las realidades del momento, y por cierto siempre teniendo como preocupación principal o siempre debiendo tener como preocupación principal la de evitar posibles o probables situaciones de estrangulamiento por falta de liquidez…

En un plano ideal o idílico, en un plano teórico, las personas siempre deberían tomar sus decisiones financieras en forma racional y meditada, analizando en cada caso el recién aludido plan financiero para allí adelantarse a analizar las entradas y salidas previsibles y/o comprometidas, y así poder determinar si el nuevo consumo de contado que se piensa realizar o si el nuevo compromiso que se piensa asumir, es o no es compatible con la propia y actual situación financiera…

Con toda evidencia y como ya se dijo, este comportamiento ideal o teórico de las personas por cierto dista mucho de ser el comportamiento común y corriente que los agentes económicos toman en el día a día…

En la futura sociedad digital tal vez las cosas podrían llegar a ser bien diferentes, en la medida que allí se estuviera utilizando el dinero digital y telemático… así, cada vez que se fuera a realizar un pago o a asumir una obligación, toda la información contable sobre la persona física o jurídica concernida podría estar disponible toda ella en línea, y por tanto entonces sería factible que un muy conveniente sistema experto digital nos pudiera estar supervisando y asesorando en todo momento…

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